Los módulos, de distintas dimensiones en planta y altura, se fragmentan e individualizan volumétricamente en una composición aparentemente aleatoria pero armónica con grandes huecos de fachada abocinadas.
Cada estancia de la edificación modular ocupa una de estas volumetrías de forma independiente. Estos volúmenes que delimitan cada estancia se agrupan en racimo.
Las fachadas de tipo ventilado se revisten con un único material de color neutro de libre elección.
Esta organización volumétrica permite la ampliación de la edificación en planta y altura con una intervención mínima en la edificación existente, de tipo modular o de sistema constructivo tradicional.
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